Pretendo morir para salvar a hermanos que penan
en carceles de oprobio.
Quiero que el chacál desgarre mi estómago
y mis entrañas azuladas lo alimenten.
Me voy al mundo donde danzan los caídos,
bañados en sangre, aún escuchando el tronar
de los fusiles.
De playas turquesas salen fantasmas violaceos,
con sus cuerpos llenos de escaramujos,
sin ojos, sin labios, vomitando algas y la
palabra Libertad.
Donde comienza la luz me esperan Boitel,
Y Zapata, sonrien, me abrazan, lloran
sobre mi hombro debil y me trasmiten
la paz necesaria.
Guillermo- me dicen-nuestra muerte
no fue en vano, se vive y se muere
por la patria.
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