Recuerdo el sensacionalismo y la algarabía que causaron en la Perla del Sur las peliculas de Bruce Lee en la decada de los ochenta.
Los jovenes quedamos deslumbrados por el Kon Fu del pequeño y fibroso chino que lo mismo se batía con un negro gigante que le arrancaba los pelos del pecho al legendario Chuck Norris.
La fiebre de las artes marciales embrujó a la juventud que comenzó a practicar katas,
golpear sacos de arena para tener los nudillos morados y armarse con nunchacos que escondian bajo la camisa.
Fue en esa época que surgió el personaje del Bruce que perdura hasta hoy, porque aunque más envejecido aún deambula por las calles cienfuegueras.
No se su verdadero nombre pero lo recuerdo indiado, pómulos hundidos, delgado y rostro marcado por las viejas huellas de un severo acné.
Sufría sin lugar a dudas de un desorden mental, no se sí esquizofrenia, paranoia o otro trastorno crónico.
Resulta que el joven se obsesionó con tantas tandas de gritos, maullidos y golpes y al salir del cine, se ponía a tirar patadas en el Paseo del Prado y comenzamos a llamarlo el Bruce, apodo que el agradecía y que le borró su verdadero nombre para siempre.
Bruce comenzó a hacer pesas y a ponerse pullover apretados que le resaltaran sus musculos.
Recuerdo que una noche en el cine Luisa estaban estrenando la pelicula El regreso del Dragón y la cola para comprar los ticket era impresionante.
Los jovenes nos empujabamos profiriendo palabrotas de intimidación y tratando de conseguir la preciada entrada.
El Bruce ya estaba dentro del cine y pegado a la gran ventana de cristal que daba a la avenida de Santa Clara le mostraba a los de la cola sus músculos y hacía una demostración de Kong Fu.
De repente un grupo empezamos a gritarle.
Bruce,dale una patada al cristal.
El, sin oir muy bien nos decía
Queeeé?
Le descríbimos con gestos lo que queríamos.
Nos dijo que no.
Lo invitamos a que acercara el oído al cristal.
Tumbalo Bruce para creer en ti.
Comenzó a levantar la pierna y hacer con las manos los movimientos del tigre.
Todos gritabamos.
Que lo rompa, que lo rompa.
De pronto se escuchó un chasquido y la vidriera se vino abajo hiriendo en la frente
a mi amigo Osmani que no se movió a tiempo.
Toda la cola se coló dentro del cine por la ventana rota.
Fin de la historia.
Llamaron a la policia que llegó y cargó con el Bruce dandole empeñones y bastonazos y la pelicula fue suspendida.
Que tiempos aquellos.
ERG
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