La palabra diseminada ruge y se esparce
para bien o para mal, por ella se ama
o se muere.
Seguir a dioses posados en labios de hombres?
Seguir a incrédulos?
Yo sigo la lógica de los tiempos, salto tan alto
como la liebre y desde mi altura contemplo
la caída del alce derribado por lobos y la balanza
incrustada en mi cerebro sabe que la sangre
es parte de la carne y en el cubil esperan los lobeznos.
No permito que el búho ulule en mi oído diciendome
que es noche cuando veo luz, sin criterio propio
el hombre duerme con los ojos abiertos y muere
sin morir.
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