Décimas

Décimas
El gallo fino

El gallo siempre pelea
para morir o matar
su sangre es un manantial
y sus espadas, espuelas.

Salta, pica, revolotea,
su cuerpo es un bumerán,
y sus ojos un volcán
por donde brota candela.

Sus patas fuertes golpean,
hiere y sangra con afán,
es gladiador medioval
luchando sobre la arena.


El otro gallo arrecia,
tira y tira más y más,
parece que va a ganar
y se doblan las apuestas.


Cae muerto sobre la tierra,
ya no volverá a cantar,
no supo como parar,
fue hecho para la guerra.





La cotorra Pepa


Una cotorra y un loro
conversan sobre el amor.
dime coti por favor,
me besas el pico, tesoro.

La cotorra enfadada,
le dijo, escuchame loro,
yo soy un ave casada
y te estás haciendo el bobo.

Tu sabes que mi marido,
es mas huraño que un toro,
no me llames tu tesoro,
pues puedes salir herido.

Yo no le temo a un perico
que para mi es un estorbo
le rompo las alas, el pico
y luego le arranco los ojos.

En eso aterriza el perico,
y sale en estampida el loro,
y voló con tanto ahinco
que le dio la vuelta al globo.




Lolita

Una linda mañanita,
salgo rumbo a Caonao,
paso bordeando Lajitas
y no paro hasta Guao.

Persigo a una guajirita
que me tiene embelesao,
la conoci en la Juanita
y me quedé enamorao.

Su nombre es Lolita
y su apellido Bacallao,
Pregunto por la chiquita
y la busco por to laos.

Me detiene una viejita,
hijo te noto acalorao,
vete al bar de la Carmita
y refresca con helao.

Le pregunto por Lolita,
me dice estás equivocao,
ella ahora vive en Lajitas
en casa de Nico el jabao.


Ya casi a la nochecita,
salgo a pie para el poblao,
en busca de la mulatica
que me tiene embrujao.

Camino la noche enterita
sin agua y sin bocao,
siguiendo a una estrellita
y bostezando callao


Toco a las puertas de prisa,
delirante y afiebrao.
Diganme, aquí vive Lolita,
familia de Nico el jabao?

Pero el pueblo me evita
me creen un atolondrao,
me amenazan, y me gritan
vete de aquí endemoniaó



Y regreso a la Juanita
hambriento triste y cansao,
sin encontrar a Lolita
y esta historia se ha acabao.


Autor; Ernesto Ravelo García