Caminos oscuros

Caminos oscuros, resbalosos de lluvia,
los pasos del hombre no se detienen
de frente a la niebla y el misterio.
Sin luna el mundo, sin sonrisa el que anda por el bosque sin temer a la helada
y al lobo hambriento.
Tose ronco, escupe sangre, escruta libélulas veloces , escucha aleteo de búhos y sangran sus uñas y bebe viento.
Caminos oscuros, la culpa escapa, devora millas bajo el follaje negro, existen criaturas acechantes y quizás demonios, brujos  y unicornios montados por jinetes que un día fueron humanos.
Los pasos gigantes del hombre los hiere la espina, el guijarro, los insectos que pululan y la intemperie asesina.
Escapan hacia una comarca distante donde habitan los desmemoriados de la historia que rasgan arpas y violines en las márgenes de un río de azogue.
Amanece , el prófugo cae de rodillas sobre un prado y reconoce sombras de suicidas, abraza torsos desmenbrados y los cuece sobre una hoguera crepitante para devorarlos junto a caníbales eternos.