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Pobre trovador

He aquí la historia del hombre que no supo escapar de una ideología funesta, era un poeta y con su guitarra a cuestas compuso canciones a l...

domingo, 27 de noviembre de 2016

Pequeña reflexión de Domingo

He dejado olvidada tantas cosas,
no tuve ánimo para resolverlas.
Y si las hubiera resuelto?
No sé
Creo que otras cosas hubieran surgido
para ser obviadas.
Nos pasamos la cabrona vida lamentandonos de lo que no logramos sin comprender que hicimos lo que nos dio la gana.
Soy feliz con mi vida porque no la pedí prestada y no le debo nada a nadie.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Canción para el futuro

Dejo esta canción para el futuro, quizás la canten en otros siglos junto a lumbres de los tiempos pensando en eras venideras.
El camuflaje del escarabajo no es perfecto, el pájaro lo descubre algunas veces y alimenta a sus críos hambrientos.
El lobo deja huellas en la nieve y el hombre cicatrices en su corazón.
El mundo es una gama de colores pero la raza humana es una misma carne bajo el sol.
La sangre de tu hermano es tu sangre, sin importar cultura y religión, el racismo es un moustruo abominable que muerde sin razón, no conviertas el brillo de la tarde en tu noche de horror.
Dejo esta canción para el futuro, quizás la canten los hijos de tus hijos y las próximas generaciones de nacidos y ayude a que el mundo sea mejor.
Amaos los unos a los otros dijo el escogido y se ofreció en redención.
La sangre de tu hermano es tu sangre,
jamás te creas un ser superior,
todos nacemos de una madre
y al polvo volvemos sin importar tu color.
Dejo esta canción para el futuro, para que lo oscuro se convierta en flor,
Dejo esta canción para que juntos vivan en paz y amor.

Los hijos de la alquimia

Descubro una escalera roja en llamas,sus peldaños descienden en forma de espiral,
invito a todos a bajar al paraíso.
Hay otro cielo en el estómago del mundo de donde caen estrellas encendidas, tomen vídeos con sus teléfonos para colgarlos en las redes sociales.
Turismo a otro sol, caminamos por ciudades habitadas por homunculos feroces, los trenes trepitan en el metro y un olor a pasteles flota entre los rascacielos.
Los colores ocres predominan, las vidrieras exhiben maniquíes opacos, los conejos se han multiplicado y cavan sus madrigueras en paredes de algodón.
La fiesta de las sonrisas es interminable,
nadie escruta a nadie, eres libre de tener sexo público donde se te antoje, solo es prohibido arrancar una flor porque se marchita.
Regresamos de noche a los peldaños y en una reunión de segundos decidimos quedarnos en el habitad que los hijos de la alquimia crearon debajo de las huellas del hombre.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Neurosis

Vienes agotada, te beso y te refugias bajo sábanas tibias, duermes un sueño intranquilo que yo velo durante dos
horas.
Despiertas malhumorada, maldiciendo mi presencia y me marcho a dar un paseo por ahí.
Cuando regreso juegas con el gato acostada en la alfombra, me sigues, vas dejando un rastro de ropa y
desnuda te entregas a mis ganas sin notar a través del cristal, el gris deprimente de los suburbios.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Llega a mi vida una mujer

Llega a mi vida una mujer aparecida de la nada.
Viene en remolino de mariposas en busca de misterios aún no profanados,
trae ternura en abundancia , lumbre para el invierno y lluvia en la cuenca de sus manos por si las nubes no lloran esta primavera.
Llega y la espero en una esquina solitaria, la tomo del brazo y sin decir palabras caminamos por la ciudad olorosa a fiesta y licor.
Llega a mi vida una mujer amante de opera y violín, llega animada por el color gris del cercano otoño y se queda a mi lado sentada en un costado de la tarde.
Vuelan las hojas del calendario, el frío cruje como cristal, arde la hoguera que prendí para calentarla , el mar trae sus aves y mientras ella suspira la observo de perfil.

lunes, 21 de noviembre de 2016

La mujer olvidada

La prisa de la mujer olvidada por llegar temprano a su cita con la soledad.
Se maquilla y peina sus rojos cabellos,
admirando ante el espejo su huérfana desnudez.
Va a la ventana y observa los contornos sucios de la ciudad, recuerda los días felices y llora esta mujer desolada y marchita como flor moribunda.
El tiempo huyó por la pradera
temeroso de la fiera pálida.
La prisa de la mujer oscura por encontrar
la guarida donde se oculta el despiadado amor.
En el cielo un globo asciende sin regreso,
en la calle un niño solloza por su escapada y la mujer comprende que la felicidad no se puede buscar entre cuatro paredes.
Se pone tacones, un vestido verde y dando un portazo camina bajo el sol.

Autor
Ernesto Ravelo

domingo, 20 de noviembre de 2016

Ángel o demonio?

Estaba yo revisando viejos papeles cuando en mi cuarto apareció una criatura deforme.
Tenía surcos profundos en su rostro, la nariz carcomida, cabellos cenicientos, cuencas vacías y sin manos.
Desnudo venía el ser, me dijo con voz ronca
Quieres conocer mi nombre?
Mis palabras no salían, sudaba mi cuerpo de espanto.
Una risa húmeda brotó de su garganta,
e hizo eco en los rincones.
Me nombran Momentum y habito en un mundo de sombras y calamidad, como ves soy ciego, manco y melancólico.
He logrado abrir un portal a tu mundo, deseoso estoy de beber el vino de la vid y escuchar historias de tus labios.
Vete demonio, regresa al inframundo- le dije de manera imperativa.
Soy un ángel- respondió desplegando enormes alas- no siempre la fealdad es demoníaca ni la belleza angelical, debes aprender los misterios del alma.
Una sonrisa cruel se dibujó en su boca profunda, y aterrado escapé por los corredores perseguido por su aliento.
Nunca más le vi.

sábado, 12 de noviembre de 2016

La ardilla

Una tarde fresca y soleada de Noviembre estaba sentado al lado de mi ventana de cristal contemplando el verdor de la yerba y el brillo de los autos estacionados cuando vi bajar por el tronco de un árbol a una ardilla.
Llegó a tierra y parada en dos patas quedó inmóvil contemplando el mundo, luego fue a saltitos sobre el verdor y comenzó a escarbar en busca de los alimentos que esconden y luego encuentran con su buena memoria y fino olfato.
Encontró su tesoro enterrado, al parecer era una semilla y sujetandola con sus patas delanteras comenzó a devorarla.
Aquella tierna visión  me conmovió,
admire la gracia de aquel animalito, sus movimientos rítmicos y nerviosos, su manera sutil de actuar.
De pronto una sombra se abatió sobre la ardilla y en segundos la vi elevarse en las garras de un ave de rapiña.
Quedé desconcertado y aterrado, un ligero temblor se posó en mi barbilla y sobrecogido cerré la cortina quedando la habitación en penumbras.
Entonces comprendí que en la vida, en un instante, se puede pasar de la sublimidad a la consternación.

Autor
Ernesto Ravelo

Creo en ti

Creo en ti, por esa razón sigo tus pasos por la vida,
Creo en tus lágrimas de tristeza y en las de alegría
Creo en ti, despierto a tu lado cada día de mi existencia ,  te abrazo , me besas y rayos de sol se posan en nuestros cuerpos desnudos .
Creo en ti cuando andamos por el mundo tomados de la mano y te regalo un jazmín.
Siempre sonríes

martes, 1 de noviembre de 2016

Vaterko y el Rey de los toldos

Vi a un hombre velludo y de aspecto feroz que se paseaba de un lado a otro de la habitación, era robusto y de mediana estatura, ojos pequeños y enrojecidos, nariz aporronada y de sus secos labios brotaban dos colmillos curvos como los de los jabalíes.
Su rostro estaba cubierto por una barba espesa y larga hasta el pecho.
De pronto se detuvo de frente a mi y comenzó a olfatear el aire mientras un ahogado grunido brotaba de su garganta.
Me había descubierto, lo vi correr hacia la puerta de salida grunendo amenazante.
Retrocedi y agachandome pude recoger dos piedras , la criatura apareció en una esquina exterior de la casa y avanzó hacia mi en cuatro patas mostrandome sus colmillos mientras grunia.
Levanté el brazo izquierdo dispuesto a arrojarle una piedra y esperé alerta.
Comenzó a dar vueltas a mi alrededor, yo giraba sin perderlo de vista.
Se detuvo y poco a poco dejó de grunir y noté que en su mirada de animal salvaje  comenzaba a despertarse un signo de raciocinio.
Quién eres?- preguntó con voz ronca.
Soy Vaterko, del clan Vur, y tú quién eres?
Gruesas lágrimas brotaron de sus ojillos y rodaron por dentro de la barba, un temblor estremeció su cuerpo y dejandose caer al suelo boca abajo rompió en sollozos, lloró por un rato, gemia y se soplaba la nariz, me puse en cuclillas y esperé.
Cuando se calmo se sentó y me dijo.
Eres el primer hombre que veo desde hace cinco largos años, buenvenido a mi hogar, puedes llamarme Guon el ermitaño y a ti agradezco no haberme convertido en una bestia, al verte fui capaz de recobrar mi memoria, gracias, gracias.
Y acercándose me extendió sus manos y tomando las mias las estrechó con efusividad.
Entremos a mi humilde morada, hagamos fuego y juntos cazemos para celebrar mi retorno a la vida.