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viernes, 30 de septiembre de 2011

El pintor

El pincel sin pudor alguno descubre tu desnudez,
mi mirada se ha quedado en tu carne, bostezo,
sonríes, te noto cansada en las primeras luces
del amanecer, invasoras de mi lecho.
Por hoy es suficiente, te vistes, ocultas mi pago
en tu seno y bajas al bullicio de la calle.
Prendo un cigarillo, me acuesto y el humo se diluye
en las alturas.
Amor te pienso, quedaste tatuada en mis pupilas
y en la blancura del cuadro.
Me masturbo revolcandome en tu olor, pronunciando
tu nombre desconocido, olvidandome de la ventana
abierta, tocando tus pezones ardientes.
Me corro mordiendome la boca, gimiendo y es mi semen
lluvia blanca sobre la tela.
Apoyo la cabeza en la almohada y duermo.


Autor;Ernesto Ravelo

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