Es un poema de mujer, su vestido una mancha roja en el verdor salpicado de flores.
Ella es la reina del jardín, su andar tiene gracia, la mirada altiva, la boca semiabierta y provocativa, recorre el sendero admirando el vuelo estático del colibrí.
La sigo admirando su figura, viendola mojar sus manos en el agua de la fuente,
el viento agita sus cabellos y levanta su vestido dejandome sin aliento.
Es un poema de mujer, una diosa venida de las alturas, desconozco su nombre pero puede llamarse Aleida, María, Julia o Isabel.
La espio por el laberinto del jardín,
fascinado con su misteriosa belleza,
tan cercana y lejana de mi,
lástima que sea humana y yo duende.
Desde la terraza contemplo un pedazo del mundo mientras bebo una taza de buen café y escribo poesía y comentarios para compartirlo con mis semejantes.
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lunes, 12 de diciembre de 2016
El espía
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