Es el lugar del fin del mundo
y allí te tengo enamorada
de amaneceres y gaviotas.
Dime si eres felíz recorriendo
desnuda playas olvidadas,
deslumbrada por crepúsculos
y cangrejos huidizos.
Nuestra casa humea en la
soledad de los estruendos,
y espero tu regreso con dos
copas y un tempranillo.
Se que traerás piedras raras,
tu cuerpo embarrado de salitre
y las ganas de cabalgar sobre
mi falo antes de sentarnos
a la mesa.
Semidesnudo, atisbo el sendero
esperando que se dibuje tu figura.
Desde la terraza contemplo un pedazo del mundo mientras bebo una taza de buen café y escribo poesía y comentarios para compartirlo con mis semejantes.
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viernes, 9 de diciembre de 2016
Es el lugar del fin del mundo
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