Con pincel de fuego te he pintado.
Tu cabellera es sol, tus ojos trigos,
tu boca una cueva naranja.
Así luces al óleo, grácil y bella.
Desfilan multitudes, admiran el cuadro,
mancha de la blancura, espejismo
subliminal, cisne perdido en el aire.
Colgada de la pared sonríes, buscas
el encanto del suelo.
Autor; Ernesto Ravelo
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