De tu mano voy descubriendo el mundo,
no veía mariposas a mi alrededor
hasta que llegaste aquella tarde de Mayo,
sonriente y vestida de rojo.
Desde entonces soy feliz.
A tu lado las cosas imposibles ya no son,
el viento acaricia de otra manera y el dolor
se ha convertido en gozo.
Siempre había soñado enamorarme así,
sin limites, entregandolo todo.
De tu mano, ando por las calles soleadas,
aferrado a tu cintura, escuchando tu voz,
se detienen los relojes, tañen campanas
y el otoño se enamora de tus labios.
A tu lado quiero estar toda mi vida, escuchado
la fuerza de tu verbo, besando tus parpados
y recibiendo tus caricias.
A tu lado, siempre a tu lado amor.
Autor; Ernesto Ravelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario