He cosechado tu amor por largos años,
regandote en inviernos y primaveras,
amandote en alboradas y ocasos,
y en noches oscuras o de estrellas.
Juntos nos hemos marchitado,
viviendo una pasión que es hoguera,
recorriendo la vida mano con mano,
hasta que Dios lo quiera.
He cosechado tu amor cariño mío,
mujer adorada, mi dulce princesa,
eres nave azul navegando en mi río,
y ángel de paz sentada a mi mesa.
Si me voy de ti te espero en el camino,
por donde vendrás un día cualquiera,
cubierto tu rostro de un fino rocío,
y tus ojos siguiendo mis huellas.
Y nos echaremos en un campo de espigas,
y nos amaremos de manera fiera,
y seguirás siendo la esposa mía,
en un mundo donde el silencio impera.
Ernesto Ravelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario