Si los ladrillos tuviesen alas,
fueran pesadas palomas mensajeras,
evitando las garras y el disparo.
Anidarían cerca de campanas de bronce,
disputandole a los búhos sus espacios,
y tratando de liberar del cemento
a otros ladrillos para destruir paredes
y muros.
Si los ladrillos tuviesen alas,
los bloques las pedirían a gritos,
y los hombres se quedarían sin ciudades,
vagando como bestias en noches blancas.
Los albañiles se quedarían sin empleo,
los seguros se irían a la ruina,
y al planeta le llegaría aire a sus pulmones.
Si los ladrillos tuviesen alas, volverían
las junglas lluviosas,los bosques prístinos
y los lobos cazarían en Manhattan.
Ernesto Ravelo
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